Comenzaremos nuestro viaje al fin del mundo desde la misma Plaza del Obradoiro, lugar de encuentro de todas las peregrinaciones a Santiago de Compostela.

Esta primera etapa es relativamente cómoda, con un recorrido de enorme belleza y discurre por hermosos paisajes rurales, aldeas con encanto, puentes milenarios, y bosques de pinos, castaños o eucaliptos. Durante esta primera etapa cruzaremos puentes romanos y el encanto y bosques de pinos e eucaliptos.

Uno de los lugares emblemáticos de esta ruta es Ponte Maceira, un precioso pueblo donde podremos admirar su preciosa arquitectura y sobre todo su majestuoso puente medieval de más de 8 siglos sobre el rio Tambre.

Una vez en Negreira, villa de origen medieval se recomienda visitar el Pazo de Cotón.

Iniciamos la etapa más larga de nuestro camino. Esta ruta discurre, con repechos y desniveles suaves, por paisajes rurales, con explotaciones agrarias, aldeas y preciosos. Desde la cuenca del rio Tambre, los trece primeros kilómetros caminaremos por bosques frondosos. El último tramo de la etapa será la bajada del monte Aro desde donde podremos tener unas formidables vistas del embalse de Fervenza antes del Valle de Xallas.

Desde la salida de Olveiroa podemos contemplar el río Xallas por medio de un paisaje con mucha vegetación. Poco después se cruza el río Hospital pasando poco después por O Logoso y la pequeña aldea de Hospital, donde en otro tiempo hubo un antiguo hospital de peregrinos. Nos encontraremos con la bifurcación entre Finisterre y Muxía. Llegaremos a la Ermita de Nosa Señora, junto al mar y con magníficas vistas al mar.

Desde Cee partimos desde la costa en dirección a Finisterre, “fin del mundo” para los romanos y lugar de culto al sol para los celtas. Pasamos por Corcubión, pueblo que está prácticamente pegado. Este es un precioso recorrido pasando por bonitas playas y sendas arboladas pudiendo contemplar durante el recorrido el Océano Atlántico. Al final de la etapa pasaremos por la playa de Langosteira para finalmente llegar a la población de Finisterre. Desde allí aún nos quedan tres kilómetros de subida moderada hasta legar al Cabo Fisterra y su impresionante acantilado desde donde podremos contemplar unas vistas privilegiadas.

Esta es una etapa de gran belleza por un camino solitario y rural. Tal vez es uno de los mejores trayectos de este camino y es posible que nos crucemos con peregrinos que han elegido la ruta desde Muxía a Finisterre. Pasaremos por Lires, lugar donde algunos peregrinos eligen para partir esta etapa y, ya cerca Muxía, por las aldeas de Xurarantes y al Flacho de Lurido desde donde, en otros tiempos desde una antigua atalaya se encendían fuegos para alertar de peligros que acechaban por el mar. Al llegar a Muxía terminaremos nuestro camino en el Santuario de la Virxe da Barca desde donde contemplaremos una de las mejores puestas de sol.